sábado, 15 de octubre de 2011

En 1918 se estableció en Kansas City y consiguió un trabajo de publicista en el Pesemen-Rubin Art Studio, donde trabó una amistad clave con el dibujante Ubbe Iwerks. Ambos fundaron en 1920 la empresa Iwerks-Disney Commercial Artists, que resultó un fracaso. Hubieron de trabajar otra vez por cuenta ajena en la Kansas City Film Ad, empresa en la que tendría lugar su primer contacto con las rudimentarias técnicas de animación de la época, cuyas posibilidades fascinaron de inmediato a Disney.
En 1922, cuando creyó que había aprendido lo suficiente, Disney fundó la compañía Laugh-O-Gram Films, con la que realizó exitosos cortometrajes basados en cuentos infantiles. Sin embargo, los gastos de producción superaban los beneficios, y al año siguiente tuvo que cerrar. Desalentado, Disney se trasladó a Hollywood sin otra idea que llegar a ser director de cine "normal". 



Por suerte, una distribuidora se interesó por Alice's Wonderland, una de las películas que había producido Laugh-O-Gram Films, y le encargó nuevas películas que combinasen animación e imagen real. Para satisfacer el encargo nació el Disney Brothers' Studio (dirigido por Walt y su hermano Roy), que produciría nueve Alice Comedies (Comedias de Alicia), a las que seguiría en 1927 la serie Oswald, el conejo afortunado, un encargo para la Universal Pictures creado por Ubbe Iwerks, que se había unido a la nueva andadura de los hermanos Disney.
Las series tenían éxito y el estudio iba creciendo con talentosos dibujantes, aunque un tropiezo con la Universal Pictures, que tenía los derechos sobreOswald y decidió prescindir de sus servicios, estuvo a punto de arruinar la naciente empresa. La solución era crear otro personaje y éste fue ni más ni menos que el ratón Mickey Mouse, que con el tiempo sería el emblema de la llamada Factoría Disney. Su paternidad es discutida; Disney se la atribuyó, pero pudo ser obra de Ubbe Iwerks o de ambos. Tras dos intentos fallidos, el flamante ratoncito triunfaría con Steamboat Willie (1928), que fue un gran éxito. Inmensamente popular, los cortometrajes se sucedieron con rapidez, y en 1930 el personaje pasó al cómic. Los cortos protagonizados por Mickey Mouse se alternaron con una serie de graciosas animaciones musicales titulada Sinfonías tontas.





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